Ubicado en el extremo norte de Brasil, el estado de Roraima limita con Venezuela y Guyana. El estado menos poblado del país, tiene su capital, Boa Vista, como la única capital brasileña ubicada completamente por encima del Ecuador.

La historia de Roraima está fuertemente vinculada al río Branco. Fue a través de él que llegaron los primeros colonizadores portugueses. El Vale do Rio Branco, originalmente ocupado por tribus indígenas venezolanas, siempre ha sido codiciado por los ingleses y holandeses, que ingresaron a Brasil a través de la meseta de la Guayana. A través del territorio de Venezuela, los españoles también llegaron a poblar el territorio, siendo expulsados ​​por los portugueses, quienes más tarde, en el siglo XVIII, la llamaron la Capitanía Real de São José do Rio Negro. Fue elevado como parte del Territorio Federal brasileño en 1943 y declarado estado en la Constitución de 1988.

Roraima presenta bellezas naturales únicas, en diferentes tipos de paisajes, como sabanas cruzadas por cascadas y regiones montañosas.

Con una de las poblaciones indígenas más grandes del país, el estado tiene un rico patrimonio histórico y cultural en costumbres, mitos, música, bailes, leyendas y creencias.

La influencia de la cultura indígena se puede ver en la artesanía, en objetos como esculturas de cerámica, en accesorios con diferentes tipos de semillas y trabajos en madera, bambú, paja y fibra.

La cocina local también está marcada por el patrimonio cultural de los indios, y presenta delicias como tacacá (sopa típica del Amazonas con varias especias, camarones y jambu) y paçoca (hecha con harina, carne seca y cebolla).

Una postal importante de la región es Monte Roraima, un pico con 2.785 m de altitud, ubicado dentro de un Parque Nacional que delimita la triple frontera entre Brasil, Venezuela y Guyana. El parque se encuentra en una enorme meseta en forma de mesa, uno de los lugares más antiguos del planeta. Las inscripciones en roca muestran que la región ha estado habitada durante miles de años y se pueden encontrar en lugares como Pedra Pintada, a 140 km de la capital.

Su fuerte herencia indígena, sus espectaculares paisajes y su ubicación remota hacen de Roraima un estado poco conocido, pero uno de los más interesantes de Brasil.