Si has oído hablar de alguna ciudad en Brasil o Sudamérica, probablemente fue Rio de Janeiro. Esta ciudad de incomparable belleza fue una vez la capital del país y ha sido un ícono global desde que Fred Astaire y Ginger Rogers protagonizaron la película «Flying down to Rio» en 1933. Es una ciudad divertida, glamorosa y ciertamente sexy. Es conocida como la «Ciudad Maravillosa», debido a sus atracciones de fama mundial, como la estatua de Cristo Redentor en la cima de la montaña Corcovado; la montaña Pan de Azúcar; las playas de Copacabana e Ipanema; y el Maracanã, un estadio construido para la Copa Mundial de la FIFA 1950, que también fue sede de la final de la Copa Mundial de la FIFA 2014, además de organizar las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Río en 2016.

¡Pero Brasil esconde muchos otros tesoros esperando ser descubiertos!

Brasil se divide en cinco regiones geográficas: sureste, sur, medio oeste, norte y noreste.

El Sureste, que representa casi la mitad de la población del país, alberga las ciudades históricas de Minas Gerais, uno de los mayores legados coloniales en la historia de Brasil. Brasil tiene no menos que 18 sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO, siendo tres en Minas Gerais: las ciudades de Ouro Preto, Diamantina y el Santuario Bom Jesus en Congonhas.

El Sur fue colonizado por inmigrantes europeos a lo largo de los siglos, ayudando a establecer las ciudades de Porto Alegre, Florianópolis y Curitiba. La región es responsable de la producción de excelentes vinos y carnes excepcionales.

¡Una de las maravillas naturales más conocidas del mundo se puede encontrar en el sur del país, las Cataratas del Iguazú! Es cinco veces más grande que su prima norteamericana, las Cataratas del Niágara, con 275 caídas individuales que se extienden por casi 3 km del río Iguazú, en la frontera con Argentina. La caída principal es la más grande del mundo en términos de volumen de agua por segundo y el Parque Nacional Iguazú también es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En el Medio Oeste, encontrará Brasilia, capital de Brasil, planificada y construida en forma de avión por el renombrado arquitecto Oscar Niemeyer y el Pantanal, el salvaje oeste de Brasil, hogar de una de las mayores reservas de flora y fauna conocidas por el hombre.

El Norte está dominado por la selva amazónica, el 60% de la cual se encuentra en territorio brasileño. ¡Es responsable de generar más de la mitad del oxígeno del planeta, mientras que el río Amazonas, que fluye durante más de 6,760 km, desemboca en el Océano Atlántico todos los días lo suficiente como para satisfacer todas las necesidades de agua en el Reino Unido durante dos años!

Y finalmente, el Noreste. Famoso por su impresionante costa, es perfecto durante todo el año y, junto con su rico patrimonio cultural, no sorprende que sea uno de los favoritos entre los brasileños. La UNESCO ha nombrado varios sitios del Patrimonio Mundial en la región, incluidos los centros históricos de Salvador, Olinda, São Luís y São Cristóvão, así como el Parque Nacional Serra da Capivara, el Bosque Atlántico y las islas ecológicas de Fernando de Noronha, un lugar muy popular para el buceo.

En resumen, Brasil es un tesoro de experiencias, atracciones y lugares que esperan ser explorados por los viajeros más exigentes.

Entonces, ¡es hora de conocerlo mejor!

Brasil está bien conectado en términos de vuelos desde Europa, América del Norte y sus vecinos sudamericanos.

Las principales puertas de entrada y hubs internacionales para viajes nacionales son los aeropuertos internacionales de São Paulo (Guarulhos – GRU) y Rio de Janeiro (Galeão – GIG). Otras ciudades brasileñas con vuelos directos desde Europa incluyen Belo Horizonte (CNF), Brasilia (BSB), Fortaleza (FOR), Natal (NAT), Recife (REC) y Salvador (SSA).

Como la mayoría de los aeropuertos internacionales, los brasileños tienen colas separadas para los titulares de pasaportes nacionales y visitantes extranjeros.

Los titulares de pasaportes europeos no necesitan visa para ingresar a Brasil.