Ceará contiene más de la mitad de toda la Caatinga, un bioma exclusivo de Brasil y el bosque seco más grande de América del Sur, uno de los más ricos del mundo en términos de biodiversidad. Es el único estado totalmente incluido en la subregión denominada Sertão.
El territorio que hoy corresponde al Estado era una región inicialmente habitada por varias etnias indígenas que, más tarde, se mezclaron con la presencia de europeos.
Las tierras equivalentes a la antigua Capitanía de Ceará fueron donadas en la segunda mitad del siglo XVI, después de haber sido disputadas por portugueses, franceses y holandeses que, a lo largo de los siglos, dirigieron la vocación del Estado hacia las actividades agrícolas y ganaderas. El desarrollo independiente del estado tuvo lugar después de su separación de Pernambuco en 1799.
El Estado es conocido por la belleza de su costa, la religiosidad popular y la reputación de ser una gran cuna de talentos humorísticos. La jangada, todavía común a lo largo de la costa, es considerada uno de los más grandes símbolos de la gente y la cultura de Ceará.
En la capital y la metrópoli de Fortaleza, los días son paradisíacos y las noches bien animadas, lo que garantiza la diversión todos los días de la semana. En Praia do Futuro, hay puestos a lo largo de la costa, cada uno con su propio estilo musical y decoración. Los quioscos ofrecen agua de coco, mariscos y diversas bebidas de frutas.
La costa oeste del estado ofrece playas impresionantes, como Cumbuco y Jericoacoara. Esta última, llamada cariñosamente Jeri, está rodeada de dunas y lagunas, y atrae a personas de todo el mundo a sus encantadoras posadas.
En la costa este, las playas más famosas son Canoa Quebrada con sus enormes acantilados y Morro Branco, con arenas coloridas que sirven como materia prima para la artesanía local.
El Estado también alberga uno de los parques acuáticos más grandes de América Latina, Beach Park, en la playa de Porto das Dunas, que recibe más de un millón de visitantes por año.
La marca registrada de Ceará es el carisma y la espontaneidad de su pueblo y, en su tierra de belleza natural, siempre reciben a sus visitantes con los brazos abiertos llenos de gran alegría.