Espírito Santo es parte de la región sureste y es el cuarto estado más pequeño de Brasil.

El nombre le fue otorgado por el concesionario Vasco Fernandes Coutinho, quien desembarcó allí en 1535, un domingo dedicado al Espíritu Santo. Ese mismo año, los colonizadores portugueses llegaron a la capitanía y desembarcaron en la región de Prainha. En ese momento, donde comenzaron la construcción del primer asentamiento, nombrado Vila do Espírito Santo. Después de que los indigenas se apoderaran de esta villa, Coutinho fundó otra aldea en una de las islas, llamada Vila Nova do Espírito Santo (en la isla de Vitória). Mientras tanto, la antigua villa pasó a llamarse Vila Velha.

La población de Espírito Santo, así como en la mayoría de los estados de Brasil, se formó por la integración de comunidades indígenas, africanas y europeas. Antes de la colonización portuguesa, el estado tenía una gran población de origen indígena y africana. A partir del siglo XIX, recibió un número considerable de inmigrantes, en su mayoría italianos, pero también alemanes, portugueses y españoles.

Actualmente, la capital Vitória es un importante puerto de exportación de mineral de hierro. En agricultura, el café, el arroz, el cacao, la caña de azúcar, los frijoles, las frutas y el maíz merecen una mención especial. En lo respecta a la ganadería, se cría ganado vacuno y lechero. En la industria, los aspectos más destacados son productos alimenticios, madera, celulosa, textiles, acero y muebles. La Baía de Vitória alberga 34 islas y forma un hermoso paisaje alrededor de la capital del estado. La ciudad tiene uno de los puertos más importantes del país y, junto con otros, forma el complejo portuario más grande de América del Sur.

El turismo en el estado se organiza en rutas turísticas que llevan al visitante a disfrutar de hermosas playas, como Guarapari y Aracruz o escalar montañas con clima templado y senderos inolvidables, en municipios como, por ejemplo, Domingos Martins. Para los deportes acuáticos, el lugar más famoso es la playa de Camburi, en la capital.

En cocina, lo más destacado es el plato más famoso, la moqueca capixaba. Conocida internacionalmente, la moqueca es un guiso de pescado y otros mariscos con diversas especias y es tradicional en la cocina brasileña. Debido a que se originó en Espírito Santo, se llama capixaba, y se diferencia de la moqueca en Bahia, que no tiene aceite de dendê ni leche de coco.

La cultura de Espírito Santo está marcada por fiestas populares, tales como: la Festa da Polenta, en Venda Nova do Imigrante; la Festa da Penha, en Vila Velha; y el Festival Alegre de Arte y Música.

Todas estas características hacen de Espírito Santo un estado pacífico y encantador, con atracciones que deleitan todos los sentidos y garantizan una visita inolvidable.